Las niñas y niños de la imprenta
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«la expresión libre»

Presentamos un elemento fundamental que constituye el centro de nuestra pedagogía: la libre expresión de las niñas y niños, que es la manifestación misma de la vida. Muy naturalmente, el texto libre adquiere un lugar preponderante bajo los impulsos de la vida misma.
[Elise Freinet, 1977]

«Una pedagogía de la curiosidad»

El punto de partida lo da el estudiante y se basa en su profunda motivación. El estudiante y los que lo rodean se encuentran en una posición para encontrarse con los elementos de la respuesta que, por lo tanto, no se brindan sin justificación sino con la experiencia.

Experiencias

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Arte

«En la clase»

La individualidad de cada cual está necesariamente correlacionada con la organización cooperativa de la clase.

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«Textos libres»

Nuestros textos, «historias» inspiradas por la pasión por expresarse. Es ahí precisamente donde reside su conquista definitiva.

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«La vida en nuestras clases»

Es una guía práctica para la organización material, técnica y pedagógica de nuestras clases.

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«Útiles, materiales y herramientas»

Útiles que nos sirven para documentarnos y afianzar decubrimientos y experimentaciones.

«Biblioteca de trabajo»

Enciclopedia cooperativa de la escuela elemental.

 ENTRA

«La investigación del medio»

El punto de partida lo da el estudiante y se basa en su profunda motivación. El estudiante y los que lo rodean se encuentran en una posición para encontrarse con los elementos de la respuesta que, por lo tanto, no se brindan sin justificación sino con la experiencia.

«Útiles autocorrectivos»

«La vida en Nuestra clase»

Cálculo numérico

«componiendo números / bloques base10»

Creaciones matemáticas

«qué forma tiene el copo de nieve»

Experiencia con la sombra

«influencia del Sol en la Tierra»

Conclusiones de un estudio

«influencia del Sol en la Tierra»

Creaciones matemáticas

«el copo de nieve»

Texto libre

«historias mínimas»

Arte

«preparando las marionetas»

Arte

«preparando las marionetas»

Imprenta

«ambiente de la zona»

Imprenta

«¡empezamos a componer!»
«clase de primero»

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Esta es la historia de un pequeño ....



Las niñas y niños de la imprenta
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La vida en nuestra clase

La educación popular
en la práctica.

Buscamos desarrollar prácticas educativas arraigadas en la realidad social, para trabajar hacia la emancipación real de las niñas y los niños.

Reclamamos una escuela donde cada cual puede expresarse, ser responsable, cooperar, experimentar y abrirse al mundo.

     — Aprende a tu propio ritmo,
     — construye tu conocimiento con el resto y adultos y
     — desarrolla su sentido crítico, su autonomía y el acceso a una verdadera decisión de responsabilidad en una clase viva y abierta en el mundo.

Descendemos, después, de estas generalidades, poniendo este ejemplo de trabajo en las clases.

La lectura por medio de la imprenta. Experiencia de clase.

Nacimiento de un texto.

Una conversación, un comentario, una charla, un acontecimiento producido en la pequeña vida de los críos,… Todo esto debería ser el eje en el aprendizaje — escolar — de nuestros infantes.

Es una preparación magnífica a la lectura y la escritura.
Un grupito está charlando. Hablan sobre si han ido a desayunar en la escuela, uno dice que no, otro que sí y que ha tomado leche con galletas. Y llega una chiquilla, que no ha ido y le dice al maestro: — ¿Vamos a tomar leche?...

Entramos en la clase y el maestro escribe en la pizarra «vamos a tomar leche».

Acaba de surgir el primer texto escrito en esta pequeña aula, con un grupo de diez entre niños y niñas, que a duras, chapucean el español.

El maestro, sin más, dice: — He puesto: “vamos a tomar leche”, que es lo que Lorena me ha dicho mientras entrábamos en clase.

Y comenzamos nuestra primera jornada de trabajo escolar.

A partir de aquí, ya no se para: aprenden a leer, aprenden a escribir y aprenden lo que es más importante: expresar el pensamiento, tomando conciencia del mecanismo de la lectura.

    • Escribo la frase a mano en la pizarra.
    • La leemos.
    • Queremos pasarlo a imprimirlo.

Escribo la frase sobre una hoja. Los niños están listos para componer. Les digo:

    — Mirad, el componedor se coge así. Se comienza por aquí (por la derecha). Y se busca en los cajoncitos algo igual a esto (enseño la primera letra del texto). Y cada cual hace su trabajo.

Los pequeños han terminado de componer. Terminadas la composición y la corrección, nos dedicamos a la impresión.
Se imprime una primera hoja: es la prueba que yo corrijo, se imprime una hoja para cada alumno.

Los niños escriben entonces en cuartillas, releen el texto y lo ilustran. Antes, yo mismo, he escrito el texto en un cartel que está colocado en la pared y frente a ellos, tienen también, un modelo que yo he escrito y bastante grande en cuartillas, que la tienen cerca en la mesa (al principio es necesario este modelo, ya que el estar constantemente mirando la pizarra o el cartel, dispersa su atención y puede experimentar más dificultad en copiar)

Se distribuyen las hojas impresas, se prepara tarjetitas que se mezclan y reordena luego para reconstruir el texto. Ya se destacan las palabras importantes. Las tarjetitas se guardan en un cajón, ahí las tenemos para ser utilizadas, repasarlas en algún momento,… Propongo hacer trabajos con esas tarjetitas que escribimos en la pizarra o en fichas.

Entonces comenzamos los pequeños ejercicios de ortografía: escribir sin mirar una frase del texto, mirar una foto o un dibujo y escribir una frase, o una palabra, discriminar palabras,… Fichas autocorrectivas, fichero de palabras. Todos estos ejercicios, no revisten en ningún caso el centro de las actividades de la clase. Las actividades escolares tal como la gramática, la ortografía, el vocabulario y la conjugación son estimuladas por la escritura y están a su servicio.

Ya tengo organizada el aula.

La primera aventura está asegurada por el éxito, observo el interés de los críos, la curiosidad por lo que estamos haciendo, los aparatos y máquinas que tenemos en clase: ordenadores, impresora, escaner, cizalla, un pequeño reproductor de dvd y una pequeña “imprenta” tipo freinet.

… Y llega un día en que Bianca dice:
    — ¿Escribimos en el ordenador “vamos a tomar leche”?.

A partir de aquí una nueva aventura, una conversación con los críos.
    — ¿Ordenador? —pregunto—.
    — Sí.
    — ¿Tenemos ordenador en la clase? — increpo yo —.
    — Tres y el tuyo cuatro — señalando la zona donde están colocados —.
    — Ah, vale…


(Esos tres ordenadores no estaban anteriormente a esta charla en clase, los monté la tarde anterior. El “mío”, sí, lo tengo montado en una tarima para las proyecciones de entrenamiento de vocabulario oral. Ellos nunca habían reparado en él como instrumento de escritura)

Tras el coloquio sobre los ordenadores y unos cuantos ejercicios que constituyen una lección de cálculo, encendemos los ordenadores y por parejas escriben su texto en el ordenador: “vamos a tomar leche” (en este tiempo tenemos junto a nosotros un maestro en prácticas que se ha entusiasmado con el trabajo. En esta ocasión ayuda a los críos en la escritura con el ordenador)

Cada pareja tiene una copia de las hojas impresas delante…
Mientras esto ocurre, yo escribo en la pizarra lo que hemos conversado y escribo: “tenemos cuatro ordenadores en la clase”. (En la zona de los ordenadores tengo un cartel que anuncia con la palabra “ordenador” esa zona)

Han acabado y terminamos la clase por hoy.

A día siguiente (la frase “tenemos cuatro ordenadores en la clase”, está escrita en la pizarra), tras los pequeños quehaceres diarios: saludo, estudio del calendario, charla moral y cívica, …, pregunto si saben leer lo que pone allí, les digo que alguna palabra ya está escrita en un cartel de la clase, damos alguna pista y descubren la palabra “ordenador”, entonces leemos la nueva frase.
Ha surgido un nuevo texto, algo nuevo para explorar y descubrir: ¡lo que hablamos lo podemos escribir y leer!.

Y nuestros días de clase pasan viviendo juntos; el entusiasmo está alrededor.

El trabajo en clase es productivo, al menos así lo pensamos el maestro en prácticas y yo mismo cuando nos sentamos a reflexionar las vivencias y aprendizajes que se producen en el aula, a la vez que observamos el entusiasmo de los críos.

Están practicando el texto libre oral de forma espontánea y es nuestra tarea coger el hilo, dejar hablar a nuestro pequeño mundo y acompañarles en este nuevo…, su trayecto.

Este nuevo día, hay un tema de conversación y es general. Un viento mueve a todos nuestros alumnos. Incesantemente cuentan “agua caliente”. Quieren que les comprenda. Dentro de clase, entablamos una conversación sobre eso que dicen y tanto el maestro de prácticas como yo, no llegamos a comprender. Ha habido un acontecimiento en sus pequeñas vidas que ellos quieren expresarnos y no sabemos dónde hay que llegar… Pero llegamos. La situación es la que se relata:

“En sus casas no tienen agua (viven en un asentamiento donde no les llega agua corriente, faltan las tuberías) La tarde anterior fueron toda la comunidad que allí vive a unas pozas de agua termales, a unos 30 kilómetros …”

Imaginad la cantidad de experiencias y vivencias. Al día siguiente, cuando entramos en clase, admiran una serie fotográfica del lugar en el que ocurrió todo esto. Y un gran título que preside la exposición: “agua caliente”. Hay que ver las caras iluminarse, los ojos agrandarse y diciendo: — ¡Aquí!, ¡agua caliente!, ¡aquí! — señalando las fotos —.
A partir de aquí un montón de interrogantes y un nuevo texto para escribir.

Un paso adelante.

(Tenemos una gran biblioteca y algunas mañanas les leo un cuento corto, al tiempo que ellos miran los dibujos y las palabras, les descubro las mayúsculas al comienzo de los cuentos y el punto al final, poco a poco, se van dando cuenta que todos los textos empiezan y acaban igual — un descubrimiento ortográfico tan natural como el que tiene una madre cuando afirma que su hijo, aprenderá a hablar —)

    El texto surgido es:
    Título: “agua caliente”
    Texto: “Fuimos a bañarnos a un manantial de agua caliente.”


Sí, con la mayúscula y el punto final, o como dice Claudio “punto y ya está”
— haciendo un gesto con los brazos de “se acabó” —.

La vida en clase se va complicando. El complejo de interés.

Unos días después, una pecera en un mueble preside la clase. Es el centro de atención: tres pequeños peces japoneses que hay que cuidar, alimentar y una nueva actividad cotidiana: hay que darles de comer una vez al día, hay que esperar cinco minutos (mientras la comida se ablanda en un recipiente con agua) antes de echar de comer, cambiar una porción de agua a la semana,…, constituyen una auténtica lección de cálculo.

    Título: Mis peces
    Texto: Tengo dos peces.
    El naranja se llama Prinsa y el rojo se llama Dragón.
    En clase miro mis peces.
    Mis peces comen una vez al día, y el fin de semana…
    Cuido mis peces: alimento seco una vez al día.
    Viven en una pecera de agua fría.
    El agua se cambia una vez a la semana. Limpio todo y mis peces están felices.

Leo el texto a los niños, hacemos un álbum de los peces:
    — Qué comen.
    — Dónde viven.
    — Cómo cuidarlos.

Después de tal iniciación y de un año de hojas impresas, que recuerdan estos instantes de vida palpitante, sin dejar de expresarse y de crear, adquieren fácilmente el mecanismo de la lectura.



Las niñas y niños de la imprenta
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Organización cooperativa

«En la clase» Un resumen completo de cómo organizamos las clase

«Pensar es, antes que nada, cooperar.»
[Janine L. Vigy, 1976]

Base de la pedagogía cooperativa

— ¿Qué clase de enseñanza vamos a utilizar para alcanzar nuestras propuestas?
— ¿Nos servirán todas las formas de actuación pedagógica?
— Una educación de escucha, una educación colectiva, o una educación en la que el adulto lo determine todo, ¿ayudarán al niño a llevar a cabo sus propias experiencias y desarrollar sus aptitudes?
— ¿Basta con una enseñanza en la que el niño se encuentre solo y aislado para realizar un trabajo impuesto?

La actuación pedagógica más eficaz es aquella que mejor responde a las necesidades del niño. Y ésta satisface sus necesidades esenciales:

    • actividad y creatividad,
    • expresión y comunicación,
    • seguridad.

Pero no es suficiente.

En efecto, ya no se trata de organizar las actividades para que los intercambios se efectúen a nivel de individuos, sino de ofrecer un tipo de actividades, de forma que el grupo, que se ha formado espontáneamente, se vea obligado a autoorganizarse para llevar a buen término una compleja tarea única.

Ya no se trata sólo de actividades individuales a lo largo de las cuales el autor es ayudado por sus compañeros. Tampoco se trata de una yuxtaposición de trabajos individuales reunidos en una sola exposición (como ocurre, a veces, en algunos dibujos colectivos en los que los niños trabajan juntos teniendo en cuenta el trabajo del vecino, pero donde el trabajo de cada uno constituye, a pesar de eso, un todo que se puede separar de la obra colectiva).

Se trata, más bien, de una empresa concebida en grupo, cuya realización material debe ser un objeto único y cuyo cumplimiento sólo se consigue a través de un trabajo común a lo largo del cual cada miembro desempeña el papel que le es asignado no por el adulto, sino por el grupo.

La organización material de la clase

Para esta actuación pedagógica de pequeños grupos, toma como forma de base la de la clase—taller, al ser de hecho, una prolongación de esta última, pero completada y desarrollada gracias a una organización cooperativa de la clase con talleres permanente.

Sin embargo, hay que tener cuidado con esto porque por un error de interpretación, se identifica, demasiado a menudo, clase—taller y organización por talleres o trabajo manual.

Por qué cooperativa

Cooperar es trabajar con: cada cual ya no está frente al maestro o maestra ignorando al resto; se encuentra en un grupo en el que el adulto es también miembro del grupo —un miembro encargado de ayudarle, de hacerle tomar conciencia, de aconsejarle técnicamente, de coordinar—.

Ahora bien, quien dice coordinación, dice también necesidad:

    — de proponer juntos un trabajo;
    — de discutir los beneficios de esta propuesta;
    — de decidir lo que se va a escoger;
    — de realizarlo después de la distribución de las tareas y de las responsabilidades;
    — de confrontar los resultados, para criticarlos, para mejorarlos y llegar así a la obra única que se decidiera anteriormente.

Organización de la clase

Dicho de otro modo, la organización de la clase va a estructurarse alrededor de cuatro modelos psicosociológicos:

— apertura hacia el otro (el niño ya no se encuentra replegado en sí y encerrado en su individualidad), gracias a la comunicación afectiva e intelectual;

— circulación de palabras; necesidad de intercambios: se debe aceptar a los demás, escucharles, hablar claramente para que le entiendan a uno, hacer el esfuerzo de descentrarse de sí mismo;

— organización del trabajo:

      una vez que el trabajo ha surgido se examinarán las ideas de cada uno;
      se formarán los grupos;
      se buscarán los medios de realización, lo que supone dejar una parte a la iniciativa y, por tanto, un aprendizaje de la libertad.
      realización del trabajo del trabajo:

Para llevarlo a cabo se necesita ingeniosidad, reflexión, inteligencia, habilidad, imaginación creadora, sentido crítico, investigación (encuestas, preguntas), sentido del esfuerzo, perseverancia, aprendizaje de técnicas por tanteos experimentales; entran en juego todas las facultades intelectuales, afectivas, morales y sociales. La comparación de los resultados, las discusiones, los comentarios, los balances favorecen, también, las tomas de conciencia.

El niño ya no es un ser aislado, pasivo, mero ejecutante mecánico: es parte integrante, juzga, se confronta con los demás, es consciente de las responsabilidades que asume, se somete a una disciplina (para que el grupo tenga éxito respeta ciertas leyes); en una palabra: es autónomo. Intensamente activo, se crece con sus iniciativas: en ese momento, el grupo se hace cargo de la clase; se da una autogestión pedagógica, cuyo principio consiste en entregar a los niños todo lo que sea posible, es decir:

    a)   la organización material de la clase;
    b)   la elección voluntaria de las actividades y el desarrollo de la jornada;
    c)   la realización de trabajos a través del cual se aprenden un montón de cosas y de técnicas.


Gráfico aclarativo elaborado por
miembros del I.C.E.M. (Francia)



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El texto libre.

«La expresión libre»

La educación popular en la práctica. Los educadores y docentes de Freinet buscan desarrollar prácticas educativas arraigadas en la realidad social.

La carta de la escuela moderna Ellos reclaman una escuela donde cada niño puede expresarse, ser responsable, cooperar,experimentar y abrirse al mundo para que todos:aprende a tu propio ritmo Construye tu conocimiento con compañeros y adultos desarrolla su sentido crítico, su autonomía y el acceso a una verdadera de

El texto libre es la mayor logro de los educadores y docentes de Freinet.

La carta de la escuela moderna Ellos reclaman una escuela donde cada niño puede expresarse, ser responsable, cooperar,experimentar y abrirse al mundo para que todos:


aprende a tu propio ritmo Construye tu conocimiento con compañeros y adultos desarrolla su sentido crítico, su autonomía y el acceso a una verdadera decisión de responsabilidad en una clase viva y abierta en el mundo.

Folleto de presentación bibliografía Invariantes pedagógicos, definidos por C. Freinet en 1964



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La imprenta

La imprenta.

La correspondencia escolar amplía el universo del niño, motiva las actividades humanas, responde a la afectividad expansiva de los niños, aporta unidad de trabajo y de comportamiento en la clase; El texto libre libera el pensamiento del niño, facilita su expresión, origina una auténtica literatura infantil de la que La Gerbe y Enfantines (relatos de niños reales o imaginarios) son ya una demostración positiva. La libre expresión facilita la creatividad del niño \ en el dibujo, la música, el teatro, enriquecimientos nai turales de la actividad infantil progresivamente res\ponsable de sus comportamientos afectivos, intelectua\les y culturales. Este es, sin duda, un punto de partida tranquilizador para lá conquista de una vida de hombre.

¿Cuáles son las ventajas seguras de esta técnica?

Elise Freinet nos relata en su libro de 1977, «La trayectoria de Célestin Freinet», las ventajas de la utilización de la imprenta en la práctica escolar:

— Agilidad manual y coordinación armoniosa de los gestos.
— Acabado del trabajo: educación de la atención: cada signo tiene su precio, porque es necesario que el texto impreso sea lo más perfecto posible.
— Ejercicio progresivo de la memoria visual.
— Aprendizaje natural, sin esfuerzo, de la lectura y de la escritura de las palabras.
— Sentido permanente de la construcción de frases correctas.
— Aprendizaje de la ortografía por globalización y análisis de las palabras y las frases a la vez.
— Sentido de responsabilidad personal y colectiva.
— Clima nuevo de comunidad fraternal y dinámica. La correspondencia escolar amplía el universo del niño, motiva las actividades humanas, responde a la afectividad expansiva de los niños, aporta unidad de trabajo y de comportamiento en la clase.



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La investigación del medio

Paco Olvera

La educación popular en la práctica. Los educadores y docentes de Freinet buscan desarrollar prácticas educativas arraigadas en la realidad social, para trabajar hacia la emancipación real de los niños. La carta de la escuela moderna Ellos reclaman una escuela donde cada niño puede expresarse, ser responsable, cooperar, experimentar y abrirse al mundo . para que todos: aprende a tu propio ritmo Construye tu conocimiento con compañeros y adultos desarrolla su sentido crítico, su autonomía y el acceso a una verdadera decisión de responsabilidad en una clase viva y abierta en el mundo.

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