Dumbo era un elefantito muy gracioso y juguetón. Su trompa era de un color gris-perla; la más bonita trompa que jamás se ha visto.
Pero ¡ay! Sus orejas eran tan grandes que le llegaban casi a las rodillas. Por eso los otros elefantes del circo se burlaban. Las burlas de sus compañeros le ponía triste.
Entonces una ratita amiga le animaba:
— No llores; con esas orejas tú puedes volar...
— ¿Por qué no? — piaron las golondrinas.
Dumbo se subió al trapecio del circo, extendió las orejas y se soltó.
¡Qué maravilla! ¡Dumbo volaba!
¡Cómo le envidiaban ahora sus grandes orejas los demás elefantes!