Aquí están los dos animalitos más traviesos de todo el bosque.
Con saltos y cabriolas pasan de una rama a otra sin miedo a caer.
Ahora, en otoño, buscan comida para pasar muy tranquilos el invierno.
— ¡Colatiesa! -chilla Castañuela-, ¿cómo está tu nido?
— ¡Oh, muy bien! —contesta Colatiesa— tengo avellanas, nueces, bellotas... Cuando llegue el invierno me parece que no pasaré ni hambre ni frío.